Para el buen funcionamiento de una empresa es vital que la gerencia o alta dirección entienda que el área de Recursos Humanos es el área que presta servicio a las personas de la empresa y sirve de engranaje entre los diferentes departamentos.
Debemos representar dentro de nuestras empresas valor añadido, debemos enseñar al resto de nuestros directivos, que Recursos Humanos no debe ser una función sólo del departamento de Recursos Humanos, sino que cualquier directivo de nuestra compañía tiene que ser gestor de personas y en ese aspecto debemos hacer énfasis para conseguir no solo que nuestra empresa funcione adecuadamente sino también para poder retener el talento.
Se conoce que dirigir personas no es fácil, porque cada persona responde a la ley de diferencias individuales, pero si quien lo hace está dotado de cierta perspicacia, capacidad para motivar al personal y un gran autoconocimiento, alcanzará objetivos satisfactorios tanto para los colaboradores como para la empresa.
El directivo, debe estar en continua evolución, en un proceso de cambio permanente, tiene que seguir creciendo día a día.
Es en este sentido que se debe analizar situaciones en las que algunas personas al interior de la empresa, demuestran a través de su comportamiento y resultados que “el cargo les queda chico”, este tipo de personas son gente que nos puede aportar un punto de vista distinto, que contribuyen a generar un cambio en la forma de ver las cosas, pero que por no darnos cuenta a tiempo y por no saber gestionar estas situaciones perdemos este talento, porque la persona que está en un cargo que le queda chico, se aburre de estar en una posición en la cual se restringe su potencial.
Se ve en las empresas desperdicio de talentos, por la creencia de que cuando una persona está sobrecalificada para un puesto, realizará sus funciones con más eficiencia y esto es absolutamente errado, ya que si bien este tipo de personas son más rápidas para cumplir sus funciones, también son más rápidas para tomar decisiones respecto a su futuro y cuando perciben que su talento no es bien valorado en una empresa y por el contrario se sienten restringidos para aportar nuevas ideas, prefieren cambiar de trabajo, situación que a la larga tiene efectos adversos en el rendimiento de la empresa.
Para evitar desperdiciar talento humano cuando se tiene la suerte de contar con este tipo de personal se debe producir un cambio positivo y reflexionar la forma de pensar que tienen algunos directivos, que emiten las siguientes afirmaciones:
· Si quieres te puedes ir, hay 100 que personas en la fila de los que quieren ocupar tu puesto.
· Aquí siempre se ha hecho así.
· Solo eres un empleado, así que limítate a cumplir tus funciones.
· Los jefes son jefes porque saben más.
· Tú acabas de ingresar, así que no puedes venir a querer cambiar la forma en la que trabajamos.
· Como estamos, estamos bien, para que vamos a cambiar.
Para lograr un cambio positivo en esta clase de directivos, es importante acompañar el proceso reflexivo con un proceso de capacitación formal a cargo de una empresa especializada en capacitación en esta área, orientado al cambio de paradigmas, para que todo el personal contribuya al crecimiento de la organización.